jueves, 8 de noviembre de 2012


¿Realmente una emisora  comunitaria de Cali es agente proactivo en la relación entre las mediaciones sociales  y las industrias culturales,  como la Feria de Cali? 

Jose Reinel Peñuela.- Por la legislación del ministerio de las TIC, las emisoras comunitarias fueron creadas para la difusión de espacios culturales, sociales, educativos etc. Y están impedidas para comercializar económicamente sus espacios, lo que significa la muerte lenta porque se hace insostenible sin la ayuda de una ONG u otra entidad similar.  Esta norma las deja en desventaja frente a las grandes cadenas radiales, que son propiedad de grandes poderes económicos y reciben las mejores ayudas de la publicidad del estado. 

Las emisoras comunitarias son las llamadas a incorporar los productos de las industrias culturales de la música, para fortalecer su desarrollo social y económico. En el caso de la feria de Cali, patrimonio cultural de la región mediante la inclusión de una emisora local que resalte y destaque las habilidades armónicas de estas escuelas de baile, una de sus mediaciones  es con la población afrocolombiana y mestiza  para difundir la salsa protesta o no comercial, que es la que no tiene cabida en las grandes cadenas radiales. Así mismo para promover a las nuevas orquestas o agrupaciones de este ritmo musical y promocionar sus canciones que hacen parte de la industria cultural.

 Por las necesidades económicas, característica predominante en muchas  emisoras comunitarias, se ha originado una hibridación en su misión comunitaria  y en su objetivo de fortalecer las industrias culturales al abrirle espacios a ritmos extranjeros como el reggaetón y a la obligada comercialización bajo la mesa para poder subsistir.


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