¿Realmente una emisora
comunitaria de Cali es agente proactivo en la relación entre las
mediaciones sociales y las industrias
culturales, como la Feria de Cali?
Jose Reinel Peñuela.- Por la legislación del ministerio
de las TIC, las emisoras comunitarias fueron creadas para la difusión de
espacios culturales, sociales, educativos etc. Y están impedidas para
comercializar económicamente sus espacios, lo que significa la muerte lenta porque
se hace insostenible sin la ayuda de una ONG u otra entidad similar. Esta norma las deja en desventaja frente a
las grandes cadenas radiales, que son propiedad de grandes poderes económicos y
reciben las mejores ayudas de la publicidad del estado.
Las emisoras comunitarias son las llamadas a incorporar los productos de
las industrias culturales de la música, para fortalecer su desarrollo social y
económico. En el caso de la feria de Cali, patrimonio cultural de la región
mediante la inclusión de una emisora local que resalte y destaque las
habilidades armónicas de estas escuelas de baile, una de sus mediaciones es con la población afrocolombiana y
mestiza para difundir la salsa protesta
o no comercial, que es la que no tiene cabida en las grandes cadenas radiales.
Así mismo para promover a las nuevas orquestas o agrupaciones de este ritmo
musical y promocionar sus canciones que hacen parte de la industria cultural.
Por las necesidades económicas, característica predominante en
muchas emisoras comunitarias, se ha
originado una hibridación en su misión comunitaria y en su objetivo de fortalecer las industrias
culturales al abrirle espacios a ritmos extranjeros como el reggaetón y a la
obligada comercialización bajo la mesa para poder subsistir.
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